Practicando Espeleología es bueno conocer los diferentes anclajes metálicos que usaremos a la hora de instalar una cavidad, al no ser que ésta se halle reequipada o instalada conjuntamente con anclajes químicos o similares que eliminen ésta opción al estar previamente fijados de forma permanente y por tanto solo nos debamos de preocupar de poner nuestros mosquetones de seguro e ir instalando los nudos que conferirán los diferentes fraccionamientos para evitar roces en el montaje de la cuerda.
En el supuesto contrario de que hayamos de instalarlos diferenciaremos dos clases principales como son aquellos que necesitan conjuntamente para su uso de un mosquetón de seguro y los que no.
En el primer apartado siendo los más populares, tenemos dos clases diferenciadas, que son los anclajes o "Chapas" conocidas como Acodadas o dobladas y reviradas o torcidas.
Las Acodadas permiten instalarlas en lugares donde el relieve de la pared pudiera producir un roce cuando realicemos el nudo de la cuerda, disponiendo el mosquetón de forma perpendicular a la pared y por tanto su forma actúa para evitar los mencionados roces.
Las Reviradas las usaremos cuando no exista esta problemática, colocándose el mosquetón de forma paralela a la pared.
Estas dos clases están concebidas para que la carga que se ejerza sobre ellas sea vertical, estando construidas en aluminio y portando unidas una tornillería que se sustenta con un tope de goma para no caer.
Su instalación en la pared se realiza con el uso de una llave fija o de tubo de 13 y se introducirá sobre los casquillos de Spit instalados previamente en pared que suelen ser de M8 aunque también existen de M10.
En el caso de realizar una carga transversal o frontal estos anclajes trabajaran de forma inadecuada produciéndose una palanca excesiva y pudiéndose fracturar.
En este supuesto deberemos de trabajar entonces con la segunda tipología, diferente de los primeros anclajes pues no necesitan de un uso conjunto con mosquetón si no que sencillamente pasen la cuerda por su interior y abrazando la tornillería se realice el nudo pertinente permitiendo ser una instalación más fiable para cargar tensiones en diferentes direcciones como pudiera ser la necesitada en techos, pasamanos, tirolinas, etc..
Los modelos más conocidos en el mercado son las placas Clown y Bollard aunque existen más clases a tener en cuenta.
Dejando de banda los anclajes debemos de tener presente otro punto clave como es la instalación y unión de dos cuerdas de forma segura en un fraccionamiento, situación que se nos dará frecuentemente durante el descenso de cavidades, bien porque la cuerda inicial se nos acabe y no nos quede otro remedio o porque consideramos más oportuno unirlas en este punto (fraccionamiento) que a mitad de descenso, donde cuerda con cuerda nos hará que tengamos que superar un nudo que siempre nos resultará más problemático.
Es entonces cuando enlazaremos ambas cuerdas con un nudo de ocho simple que posteriormente pasaremos también por el mosquetón de seguro permitiendo de ésta manera eliminar en caso de fractura del mosquetón que la cuerda se descuelgue produciendo un accidente.
Además tendremos que tener la precaución de dejar el sobrante de cuerda que no usaremos convenientemente recogido y atado en el fraccionamiento para que no pueda equivocarnos a nosotros o a nuestros compañero.