Corría el año 1951 cuando cinco jóvenes aficionados a las rutas por el monte y a la naturaleza burgalesa decidieron montar un grupo de espeleología después de adentrarse en la Cueva del Castillo de Burgos. Entonces quedaron prendados por los secretos que se escondían bajo el suelo burgalés. Tras ingresar en la agrupación de montaña de entonces optaron por compaginar las rutas al aire libre por las del interior de esa superficie rocosa. Apostaron por la espeleología. Esos cinco aventureros eran José Luis Uribarri, Félix Rojo, Ángel Ortega, Florencio Ramírez y José Ramón de Elvira. El nombre Edelweiss, una flor de alta montaña tan difícil de encontrar como el objetivo marcado por este grupo, recorrer las cuevas de la provincia. De las montañas, Edelweiss no ha buscado el punto más alto del mundo sino el más profundo de la provincia. Todo ello desde una perspectiva científica que nos ha legado los grandes tesoros y, ahora, foco de atracción de una capital y una comarca.
Los nombres de estos cinco muchachos hoy abuelos, dos de ellos ya fallecidos, quizás no suenen al común de los burgaleses. Pero gracias a estos aventureros de mediados del siglo XX se conocieron los Yacimientos de Atapuerca por parte del actual equipo de investigación que ocupa portadas y titulares casi a diario, sus sucesores defendieron hace más de una década la puesta en marcha de un museo específico sobre Atapuerca en Burgos y descubrieron algunos de los secretos que escondían puntos tan conocidos hoy como Ojo Guareña, Monte Santiago, Pozo Azul de Covanera o Cueva de Valdegoba donde localizaron restos de neandertal.
Afición con tintes científicos.Este grupo de aficionados a la espeleología apostaron por la ciencia más que por el aspecto deportivo y es lo que ha valido el reconocimiento público de los diferentes responsables del Equipo de Investigación de Atapuerca, y de la Diputación Provincial que subvenciona desde 1954 a este grupo y que en 2003 le concedió la Medalla de Oro al Mérito de la Provincia. Este año 2011 el Ayuntamiento de Burgos entregará a los socios fundadores del grupo, como homenaje a todos sus integrantes, el título de Burgalés de Pro. Un broche para su 60 aniversario «especialmente emotivo, que reconoce la figura y el trabajo del grupo en nombre de los fundadores», reconoce el actual presidente del Grupo Espeleológico Edelweiss, Miguel Ángel Martín Merino.
Aún así, la labor realizada en la protección de un yacimiento clave como el de Atapuerca, cuando nadie conocía esas cuevas más que para pasar un buen rato o coger dientes de oso, ha sido tan importante que los reconocimientos recibidos parecen quedarse cortos.