La dureza y, sobre todo, la larga duración de las condiciones invernales en el Pirineo aragonés, que se han prolongado hasta principios de junio, han obligado a los grupos de rescate de la Guardia Civil a extender el periodo de intervenciones en alta montaña y a hacer frente de forma simultánea a los accidentes en barrancos, más propios de la primavera.
Esa circunstancia, unida al masivo rescate de las más de 1.000 personas que quedaron aisladas en Panticosa a principios de enero porque el viento impidió el uso del único remonte existente, explican que en los cinco primeros meses del año se hayan realizado 1.817 rescate, con 6 muertos, 50 heridos y 1.761 ilesos. Unas cifras que contrastan con los 88 salvamentos del mismo periodo del 2012, en el que hubo 5 muertos, 48 heridos y 35 ilesos.
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