La gruta A Trapa del monte Aloia, en Galicia, cuenta con 1.250 metros de galerías, ya se está dando a conocer como la segunda cueva granítica de Europa por parte del Club Espeleolóxico Mauxo de Vigo. La mayoría de las grutas conocidas son de roca caliza, que es soluble.
La existencia de un río subterráneo de más de 250 metros de proyección, con una cascada de agua de 12 metros de altura en invierno, además de fósiles, dan idea de la importancia de A Trapa a nivel internacional. Espeleólogos de diversos países estudiarán sobre el terreno sus peculiaridades, entre ellos geólogos de la NASA, que están interesados en hacer un muestreo de los fósiles hallados.
La primera cita científica del Club Espeleolóxico Mauxo de VIgo es en Lövhagens (Nynäshamn), en Suecia, para explicar cómo ha evolucionado el río subterráneo de la cueva. "Más adelante se sabrá el por qué, y el cuándo, de lo que ya tenemos pistas", dice el espeleólogo Marcos Vaqueiro, presidente del club.
Personas que residen en las cercanías se percataban de que en un determinado lugar del monte Aloia, desaparecían los animales. En efecto, los espeleólogos hallaron después en la gruta esqueletos de animales que habían caído al vacío. De ahí viene el nombre de A Trapa.
Vaqueiro recuerda cuando cuatro de los miembros del club bajaron por unas grietas, buscando aquellas en las que podían hacerlo con casco. "Conseguimos llegar hasta una parte del río y en dos fines de semana conseguimos descender hasta a 20 metros de profundidad, sabiendo a día de hoy que el salto total del río es de 94 metros. En sus expediciones han comprobado la existencia de fosas profundas, incluso hay grietas de entrada con 10 metros de caída.
Gran parte de los frutos de un trabajo espeleológico que comenzó en el año 2007, se daban a conocer en la tarde-noche del pasado sábado en una conferencia impartida en Tui, donde Marcos Vaqueiro, informó de la existencia de ADN fosilizado en el interior de estalagmitas "hay desde polen a ácaros, amebas y bacterias, el mayor de 400 micras". Tienen registrados fósiles hasta de mil años de historia. La existencia de este ADN fosilizado interesa a biólogos de la NASA que se desplazarán a Tui para realizar un muestreo. "Para que haya ADN, tienen que haber pasado muchos miles de años", valora Vaqueiro.
Los especialistas tienen registro de paleoclima de A Trapa en las estalactitas y estalagmitas que están formadas de minerales como el ópalo biogénico y pigotita.
A Trapa se presentó públicamente en sesiones del European Cave Protection Commision de la Federación Europea de Espeleología, en el Europeo Vercors del año 2008. La primera comunicación científica se aportó en Dresde (Alemania), en el 2010.
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